Luego del amargo regusto que nos dejó el robo que sufrimos en la casita, su compañía endulzó el mal rato pasado. Todas las cosas son para bien: finalmente tenemos en pleno funcionamiento la alarma que ayudará a proteger nuestro local.
Con su grata presencia y su cálida sonrisa, acompañaron a los pacientes que aguardaban su turno dialogando con cada uno.
En alguna pausa de los médicos que atendían, no faltó un momento para compartir algunas de las muchas y enriquecedoras experiencias que nacen de la atención de la Posta Sanitaria. El tiempo que nos quitó el robo obligándonos a hacer algunos urgentes cambios de planes para poder hacer la denuncia y dejar la alarma correctamente programada, no nos permitió poner en su sitio el cartel que identificará a partir de ahora a la Posta Sanitaria.
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