martes, 10 de junio de 2008

Para ser un buen jardinero, no basta con saber atender un jardín...

En la Jardinería, como en todas las profesiones, se plantean situaciones donde uno debe decidir obrar el bien o el mal.
A partir de un caso que planteaba esta disyuntiva, los alumnos de la Escuela de Jardinería compartieron con Marcos una tarde de reflexión, de mirada hacia adentro, tan necesaria para hacer mejor nuestra tarea, intentando a cada paso ser mejores personas.
Acompañados por sus profesores Marcelo y Daniel, los alumnos leyeron con detenimiento el caso que Marcos les planteara. Inmediatamente, se abrió el debate! En todas las mesas se armaron riquísimos intercambios de opiniones, que luego fueron compatidas entre todos.
Luego del recreo, Marcos nos ayudó a mirar con otros ojos nuestras acciones. Marcos "dibujó" a la persona humana de manera muy sencilla y sumamente didáctica. Pudimos "vernos" y "entendernos" un poco mejor...
Y si bien todos acordamos que el hombre busca la felicidad como fin, fue sumamente significativo reflexionar sobre qué cosas nos dan la verdadera felicidad: las cosas materiales se gastan, se rompen, o nos las roban; en cambio, la satisfacción de haber hecho una obra buena, de ayudar a alguien necesitado, de cumplir nuestro deber como profesional, padre, madre, hijo o hija, son bienes inmateriales que atesoraremos por siempre en nuestro espíritu.
"Marquitos, nos diste duro...Nos hiciste reflexionar...Y pensar que yo creía que estaba aprendiendo sólo jardinería. Cómo sigue esto? Cuando tenemos otra clase de éstas?", comentaba feliz un alumno! Y así, al terminar, todos y cada uno agradecieron a Marcos esta riquísima tarde de lunes, de la que se llevan algo más... Se llevan la certeza de que, como dijo Marcos, "seguir el camino del bien nos conduce a la felicidad, que para los cristianos es el cielo". Muchas gracias Marcos!

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