Ante la necesidad de que nuestro Pilar Solidario llegue cada vez a más cantidad de personas, la Casita parece cobrar vida y crecer también, haciendo una verdadera ingeniería de sus pequeños ambientes. 
Fernando Ambroa, como si encarnase al mitológico Dédalo, ha logrado crear un ambiente para albergar la Farmacia y Enfermería, y poder contar con una batería de baños más. También cerramos los consultorios y el aula, a la altura de los cabios y vigas del techo, permitiendo una mejor calefacción y acústica.
Gracias a la generosa colaboración de Durbeck, empresa que comercializa mampostería liviana, y a la buena disposición de Sergio Camaño -arquitecto de la empresa-, hemos podido llevar a cabo esta pequeña obra que genera un gran alivio.
¡¡Gracias a todos quienes colaboraron para que esta reforma fuese posible!!
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